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La planificación estratégica no es un enigma indescifrable. Se trata de un proceso integrador de muchos componentes, a veces con contradicciones aparentes. Más al final, es un proceso susceptible de aprendizaje y por lo tanto de gestionarse efectivamente en la pastoral de la iglesia de Cristo.
El reto que dio origen a este libro
Mi viaje personal en el tema de este libro ha sido largo y trasformador, tanto para mí como para muchos otros. Quisiera describirlo. Hace 20 años asumí por primera vez la posición de director ejecutivo. Lo hice dentro de una organización cristiana. Aún antes del primer día en cargo me di cuenta que tal posición incluía, entre muchas otras, las funciones de liderar al talento humano, gestionar sus presupuestos de funcionamiento y de proyectos, representarla legalmente y planear la estrategia para su desarrollo en los siguientes años.
Por supuesto, estaba consciente de la enorme responsabilidad que asumía. Y también fue aterrador darme cuenta que más allá de lo básico, no sabía de planificación estratégica. ¿Cómo entonces haría para liderar a todo un equipo desde donde nos encontrábamos entonces hasta donde deseábamos estar 5 años después? ¿Cómo podría honrar a los líderes que me confiaban tal mayordomía? Y siendo aquella una organización enfocada en el desarrollo humano, ¿qué plan de acción era el correcto para nutrir la esperanza de los beneficiarios de la misma?
Fue un momento revelador en mi vida y mi ministerio. Al mismo tiempo que descubrí mi carencia, me di cuenta también que en general existía igual vacío en las organizaciones cristiana, incluyendo la iglesia. Y decidí tomar acción. Lo hice pensando en superar mi propia insuficiencia pero también en contribuir al contexto de las organizaciones cristianas y de la iglesia en particular.
Desde entonces no he parado de investigar, de aprender, de experimentar, de indagar, de planificar y sobre todo de enseñar a otros a desarrollar la mentalidad estratégica.