Todos una vez en la vida llegamos a tocar fondo y la experiencia puede ser diferente para cada ser humano. Tocar fondo es ese momento cuando te rindes. Es el momento en el que te das cuenta de que este problema, sea cual sea, no puedes manejarlo por ti mismo y realmente no sabes qué hacer. Obviamente, tocar fondo, pero también es un lugar mágico. Como dicen, cuando tocas fondo, no hay otra forma de salir de allí sino mirar hacia arriba, llorar, recordar y sanar.

Las gemas extraídas en los momentos más oscuros son los que te dan profundidad, valentía, sabiduría y riqueza y esas lecciones no se pueden aprender en ningún otro lugar. Tu capacidad de volar está en proporción directa a tu disposición y valentía para enfrentar tu versión del fondo. Si alguna vez has estado allí y saliste para contar la historia, sabes exactamente de lo que estoy hablando.

Si actualmente estás sentado en el fondo y todavía te duele el trasero por el golpe, probablemente no te guste este libro. Pero como alguien que ha estado allí, y sufrió igual que tú, puedo decirte que, en los próximos años, apreciaras la experiencia (y la irritación) como el milagro más grande que te haya pasado.

Aprendí que una vez que tocas fondo de forma involuntaria y comienzas a explorar las profundidades más oscuras de ti mismo, pasa algo maravilloso: ¡Despiertas! para de verdad comenzar a servirle al mundo. Solo cuando los viejos cimientos se derrumban, es que vas a poder comenzar a construir de nuevo sobre un terreno nuevo y sólido. Ahora con ese nuevo conocimiento puedes bajar al fondo de forma voluntaria cada vez que estés listo a sanar una herida. No hay nada como estar despierto y tomar la decisión de seguir caminando hacia la sanidad plena. Este es el regalo del fondo: ¡Prepárate a descender!